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¿Dispepsia, acidez de estómago y náuseas? Consejos y remedios para una mejor digestión

Shakespeare dijo que "lo dulce de probar resulta amargo de digerir".

El dramaturgo inglés se refería a las escaramuzas amorosas, pero quizá lo contrario también sea aplicable en sentido literal. Si después de las comidas y cenas se siente hinchado, agobiado, y la digestión avanza lentamente, o si le atormentan los eructos y la acidez, puede que en realidad sufra dispepsia funcional: es decir, que sus dificultades digestivas sean consecuencia de un mal funcionamiento del aparato digestivo. Puede que haya comido demasiado y mal y ahora, después del placer.... ¡Llegan los dolores!


¿Cuáles son las causas más frecuentes de la acidez de estómago?

Debido a nuestro ritmo de vida, no siempre relajado, a menudo comemos demasiado y demasiado rápido, o abusamos de bebidas y alimentos ácidos, como el café, el alcohol y las bebidas con gas, que estimulan la contracción de las mucosas y estimulan la producción de ácido.

La función del sistema digestivo se ralentiza si ingerimos demasiados alimentos grasos y procesados o en cantidades excesivas. Esto puede conducir a una sobreproducción de ácido clorhídrico, que en sí mismo es beneficioso y útil para facilitar la predigestión de los alimentos y desinfectar el revestimiento del estómago, pero que, si está presente en niveles superiores a los normales, puede provocar, en cambio, molestias digestivas, ardor en las paredes del estómago, tos y reflujo gastroesofágico si asciende desde el estómago hasta la garganta.

El estrés, la ansiedad y la tensión también afectan a la producción de ácido en el estómago y pueden causar dispepsia: en el caso del estrés, de hecho, se altera la motilidad del sistema digestivo, interfiriendo negativamente en los procesos de digestión y absorción de nutrientes, y el cortisol producido en respuesta al acontecimiento estresante tiende a inhibir la producción de moco gástrico, que es la barrera protectora natural más importante del estómago contra los efectos del ácido clorhídrico.

 

Remedios para las malas digestiones: qué hacer ahora para digerir mejor

 

  • ¿CÓMO MASTICAR? Masticar muy despacio ayuda enormemente a la predigestión de los alimentos, que luego se descomponen bien, facilitando la función del aparato digestivo.

 

  • SENTARSE CORRECTAMENTE A LA MESA. Una posición sentada correcta durante las comidas, con el torso erguido y los hombros suavemente apoyados en el respaldo, facilita el tránsito de los alimentos por los órganos encargados de su digestión, mientras que una posición demasiado adelantada hacia el plato y la mesa, comprimiendo el estómago y los órganos internos, lo dificulta.

 

  • BUENAS PROTEÍNAS, PERO MEJOR EN EL ALMUERZO Las proteínas de origen animal, como los quesos grasos y la carne, ralentizan la digestión porque tardan mucho en digerirse, por lo que el consejo es no tomar estos alimentos por la noche, sino a la hora de comer.

 

  • ALIMENTOS SÍ Y ALIMENTOS NO: Limitar la ingesta de aquellos alimentos que pueden desencadenar una sobreproducción de ácido clorhídrico (por ejemplo, los que contienen cafeína, o alcohol) o que pueden ser especialmente difíciles de digerir, como los alimentos demasiado grasos y untuosos, poco cocinados o fritos, también ayuda a hacer bien la digestión.

 

  • EVITAR LA FRUTA DESPUÉS DE LAS COMIDAS: La fruta debe comerse lejos de las comidas, ya que tiende a alargar la digestión.

 

  • BEBER 'RESPONSABLEMENTE' EN LA MESA: es mejor beber mucha agua fuera de las comidas, porque diluye demasiado los jugos gástricos y entorpece la digestión.

 

  • LA CAMA PUEDE ESPERAR: Nunca te acuestes inmediatamente después de comer o cenar, para no entorpecer y ralentizar el largo viaje de los alimentos desde la boca hasta el intestino.

 

  • EVITAR EJERCICIOS CON EL ESTÓMAGO LLENO: Debe evitarse la actividad deportiva postprandial porque la digestión requiere energía que podría agotarse si se realiza una actividad física intensa. Es mejor dar un paseo tranquilo, tal vez en un parque o al aire libre, en lugar de una caminata rápida, que requiere más sangre y oxígeno para las piernas, alejándolo del estómago.

 

  • MANTENGAMOS A RAYA EL ESTRÉS Para hacer bien la digestión, siempre hay que intentar dejar los pensamientos agobiantes en otra parte, al menos durante las comidas: el estrés y la ansiedad, como ya se ha dicho, son una de las principales causas de los trastornos gastrointestinales y la dispepsia.

 

Remedios para las náuseas postprandiales, la dispepsia y los trastornos digestivos: de los antiácidos a los suplementos

En caso de mala digestión, a menudo se recurre a los antiácidos, indicados para aliviar a corto plazo molestias ocasionales como las provocadas por comidas demasiado abundantes o consumidas con demasiada rapidez. Así pues, los antiácidos sólo son capaces de contrarrestar momentáneamente los efectos del exceso de acidez, pero sin resolver de forma permanente las causas.

 

Una alternativa natural a los fármacos clásicos se propone ahora en las formulaciones de complementos naturales contra las náuseas que explotan el potencial de ciertos fitoextractos y componentes específicos:

  • En caso de digestiones lentas, hinchazón y náuseas postprandiales, el jengibre, conocido desde siempre como el remedio contra las náuseas por excelencia, puede ayudar: gracias a la capacidad de los gingeroles de actuar como antagonistas de los receptores de serotonina, implicados en la inducción de náuseas y vómitos en el estómago, esta raíz ayuda a mejorar la digestión. Los estudios clínicos también demuestran que el jengibre tiene importantes propiedades carminativas, disminuye la presión sobre el esfínter esofágico, reduce los calambres intestinales y previene la dispepsia, las flatulencias y la hinchazón;

 

  • El hinojo, otra hortaliza cuyas semillas son conocidas por aliviar las molestias gastrointestinales, gracias a la presencia de anetol, que ayuda a reducir los gases intestinales y favorece la motilidad intestinal, puede ayudarnos a sentirnos más ligeros y menos hinchados;

 

  • El cardo mariano, por su contenido en silimarina, también es capaz de favorecer la digestión, al tiempo que mejora la función hepática y depura el organismo;

 

  • Otros fitoactivos naturales, cuya acción antiinflamatoria y espasmolítica está hoy reconocida, como la Emblica, la Manzanilla, que ejerce una acción miorrelajante sobre la mucosa lisa, y el zumo de Arándano, antioxidante natural, favorecen la funcionalidad del aparato digestivo, especialmente en casos de reflujo gastroesofágico, acidez y espasmos.

 

En algunos casos, es útil recurrir a complementos y productos sanitarios que actúan mejorando directamente la función digestiva y contrarrestando el reflujo gastroesofágico, protegiendo y reparando la mucosa gástrica irritada por el ácido clorhídrico, gracias a las actividades hidratantes, reparadoras y de recubrimiento de la membrana de determinados componentes: ácido hialurónico sobre todo, pero también conjuntos específicos de sustancias con acción filmógena y protectora de la mucosa gástrica, como el gel de hoja de Aloe, las hojas de Malva y las raíces de Althea.

También aprovechan la acción de enzimas digestivas específicas obtenidas por fermentación fúngica y bacteriana, útiles para la digestión de los hidratos de carbono, las proteínas complejas, las fibras celulósicas, la lactosa y las grasas, por lo que también están indicadas en casos de mala digestión debida a intolerancias leves.

Son, por tanto, alternativas naturales especialmente útiles y eficaces en casos de digestiones difíciles y trastornos gástricos, ya que actúan en varios frentes y de forma que favorecen la propia fisiología del aparato digestivo, facilitando su funcionamiento.

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